
A una semana de mi accidente en la bici, a dos días de contagiarme conjuntivitis, a una semana y dos días de
presentar oficialmente mi primer libro en la ciudad de Amsterdam y, para no ser menos, a un año y medio de callarme la boca para no contar lo que realmente me pasa, hoy decido saltar al vacío.
Porque sí. Porque no puedo más. Porque sé que ésto no va a durar para siempre, pero mientras más calle, peor será el impacto luego.
Sí, me estoy separando. Pero la providencia no me permite hasta el momento hacer demasiados movimientos.
Con el accidente en la bici es como más real el no poder moverme. Escribir, duele. Hablar, es como sentir un nudo en el estómago y no saber cómo vomitarlo.
Sólo mis hijos, la música y mis amigos que me quieren bien me ayudan a seguir adelante.
Salto al vacío porque no hay dónde más ir.