miércoles, 12 de septiembre de 2012

No somos todo lo que querríamos ser

Son días raros otra vez. Tras la visita de mi madre, las vacaciones, los cumpleaños, el sol, el calorcito holandés (que sigo repitiendo estuvo mejor que el año anterior), las ideas, los proyectos, las necesidades del momento que hay que satisfacer.. muchas cosas hay en estos tiempos que vivo.

Me doy cuenta que a veces sigo girando bajo el mismo eje. Y eso creo que es bueno y malo al mismo tiempo.
Es bueno porque cuando uno gira sobre uno mismo una y otra vez, siempre encuentra nuevas cosas. Y es malo porque lo que se repite continuamente a veces se desgasta y pierde sentido.



Así, este blog que comenzó a gestarse bajo una luna nueva y hoy por hoy aun no sabe si tiene la condición que requiere para ser un blog sobre algo particular, para crear un lector ávido de nuevos artículos, nuevas expresiones.

La verdad es que escribir tiene un poco eso de querer ser algo más de lo que uno cree que es. Y la otra cara de esa verdad es que es así, somos lo que querríamos ser, somos parte de lo que vemos y pensamos. Pero no siempre nos dejamos ser lo que querríamos ser.
Me explico?

Este blog como un apéndice propio, un miembro de mi propio cuerpo e intelecto, ya ha mutado lo suficiente para ser y no ser lo que yo querría que fuera.
Y está bien. Porque la creatividad tiene eso, tiene la parte inexplicable y la parte totalmente racional de uno mismo.
Y es bueno también poder aceptar las cosas como son.

Entonces, tras el silencio y la ruptura, también está el cambio. El cambio que es necesario para seguir vivo, para seguir adelante.

Y entonces, entre las palabras vanas que mastico y escupo, quedan asentadas las maravillas del mundo. Lo que busco, lo que encuentro, ya sea debajo de una piedra o detrás del arco-iris.

Y así cede la impudicia del verso, así ceden las palabras cuando nadie las quiere tocar. Cuando uno se sube a la montaña de su propia imaginación y no sólo cede ante lo amplio del pensamiento, sino también cede ante lo intrínseco del subconsciente.

Pueden ir y venir los naufragios literarios, pueden partir los barcos llenos de espejismos, pueden llegar a puerto las palabras que tanto llevo guardadas dentro de mí misma.

Y para terminar, decir, musitar apenas, entre comillas, que este es el comienzo de algo nuevo, inusitado, maravilloso y mío. Propio.

Bienvenidos al mundo único e inquebrantable donde soy lo que quiero ser o más. Desenredando los jeroglíficos mentales. Subyugando la muerte a cada paso que doy.

La verdad sea dicha: no me voy ni me dejo ir. Seguiré aquí desmenuzando en palabras todo aquello que aun no sé explicar.

Un viaje, una muerte, un cambio y el presente. Continuar hasta el hartazgo, hasta que de tanto trocar los ojos y los labios, de tanto escurrir la arena entre los dedos, aparezcan esos espejismos y oasis, convertidos en nuevas ideas y formas.

Todo es posible.

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