viernes, 27 de diciembre de 2013

Ser más yo y nadie más


Jmlis
Hasta dónde somos dueños de nosotros mismos? Hasta dónde tomamos nuestras decisiones siendo fieles a nuestras conciencias? Hasta dónde soy yo la que elige y no es otro?

Me pregunto estas y otras cosas similares. Y me las pregunto porque en la vida me ocurren situaciones en donde pongo en duda si soy yo o si es otro el que maneja los piolines.

No quiero ser marioneta de nadie. Mucho menos de la desidia y la falta de compromiso personal.

Pero igual pasa. Pasa que a veces elegimos creyéndonos libres de elegir. Decidimos pensando que estamos decidiendo lo mejor para nosotros. Y pocas veces pensamos fríamente hasta dónde nos dejamos llevar por los deseos y comandos de otros. Por sus fantasías, sus intereses, sus ambiciones.

domingo, 22 de diciembre de 2013

(des) conectarse

La vida es el equilibrio entre retener y dejar ir
Desde que regresé de Argentina, tras pasar un largo mes allí con mi hija, me han sucedido muchas cosas.
Muchas inverosímiles, anécdotas y experiencias de vida.

Pero sobre todo, me ha pasado como un vendaval por encima.
Algo así como una mega marea de sentidos, visiones y la sensación de estar viva más que nunca.

Quizás porque venía un poco como muerta, o mejor dicho adormilada. Venía sintiéndome la víctima de la vida que me había tocado. Sentía que tenía mala suerte, que todo a mi alrededor parecía brillar mientras yo me apagaba por dentro.

Viajar a mi país de origen no sólo tiró por tierra muchas de estas ilusiones y fantasías. Tuve la oportunidad de vivir la vida a pelo, al ras, sin decoraciones ni floreos. Allá, en Buenos Aires, la vida pasaba cada día buscando ser vivida. Y atrás quedaban todas esas horas de fantasía e ilusión. Prejuicios. Falsas teorías y creencias.

Quizás porque tengo tendencia a analizar cada momento, y también quizás porque tiendo a mirar todo desde mi propio ombligo, pero más que nada creo que tiene que ver con una manera de utilizar el tiempo.

Desde que el amor decidió escaparse por la alcantarilla y sólo dejó rastros de su pasado común conmigo, sé que me ha costado mucho más que nunca aceptar la vida que me toca.
Al menos aceptarla con alegría.
Porque la alegría es algo que necesitamos para seguir vivos.

lunes, 16 de diciembre de 2013

En las nubes

Con la cabeza en las nubes, el alma y el corazón en la tierra. Hundidas las raíces, abiertas las palmas de la mano, hacia el cielo. Girando en derredor, emblema del mundo, la palabra no dicha; el silencio que lo apaga todo.

Me dirijo hacia el infinito, llevo menos y dejo más atrás.

Hay algo revitalizador en el movimiento. Una silogía de pasos, momentos, pensamientos que se van ordenando lentos.

Hay magia en el aire. Y no hay como sentirse vivo.

Ya no se trata de esperar o desesperar. Se trata de dejar ser, let it flow. Lo que tenga que ser será. Lo que tenga que venir, vendrá.
Y lo que tenga que irse, se irá sin más remedio. Incluida la muerte y la enfermedad.

Si me aferro al momento me disuelvo en la luz.
El universo como una telaraña y yo, pensativa, deseosa, libre, fuerte y sobre todo, viva más que nunca.

El cambio es algo lento e imperecedero. Se debate desde adentro, dejar atrás cuesta. Y la vida sólo cuesta vida vivida.


La forma infinita del silencio.

martes, 3 de diciembre de 2013

Volver es como morir un poco y renacer

Volver tiene eso de dejar cosas, gente, situaciones y más detrás de uno.

Volvemos y dejamos una parte de nosotros. Dejamos algo atrás, ganamos algo nuevo. Sea en nuestro conocimiento, en nuestra perspectiva, en nuestro haber y ser.

Volví a Holanda el pasado jueves 28 de noviembre. Tras un arduo y largo viaje de regreso, después de haber pasado 30 días en Buenos Aires, la ciudad que me vio nacer.

Volví al frío holandés y a abrazar a mi otra parte familiar que nos esperaba con mucha ansiedad.
Volví, aunque sentí que había dejado mucho atrás. Además del buen clima, el calorcito que ya empezaba a sentirse en Buenos Aires, el cual tanto yo como mi hija pudimos disfrutar con tantas ganas; también dejaba algo de mí, quizás porque fue una la persona que llegó y otra la que se fue.

Recién hoy empiezo a sentirme más yo misma, después de un fin de semana tranquilo y relajado, recién hoy empiezo a sentir que es tiempo de asentar los pensamientos en este lugar, mi refugio personal.