Así se termina un año y vamos dejando atrás los recuerdos, los momentos, los aciertos y desaciertos de un año donde pusimos expectativas y emociones. A 30 de diciembre del 2014, tengo la necesidad de hacer stop. Un alto en el camino.
En estos dos últimos años, Palabras Santas (el blog) creció y de a poco fue ocupando un lugar en el éter. Gracias a la gente que sigue el blog, los lectores, los que siguen la página en Facebook y los que leyeron el libro.
Palabras Santas fue mi refugio durante el período más complejo que tuve que sortear en estos dos últimos años. Tras una complicada separación, el blog fue el lugar donde pude reflexionar y volver a mí misma.
Hoy, tanto el blog como el libro han cumplido su fin. Y por esta razón, tengo la necesidad de bajar un par de cambios. He estado meditando mucho qué es lo mejor. Si desactivar el blog por completo o dejarlo stand by, quién sabe a alguien le sirva lo que aquí he dejado escrito.
Entro a un nuevo año con pasos pequeños, casi en silencio, porque después de tanta agua bajo el puente, tengo la inmensa necesidad de envolverme en quietud y tranquilidad.
Seguiré escribiendo. Pueden seguir mis pasos, menos personales, a través del blog de Holanda Hispánica y el mío personal en inglés, Georgina Zinno (momentáneamente desactivado).
La página de Facebook de Palabras Santas quedará desactivada a partir del 1 de enero de 2015.
2015 es un año de aprendizaje, vuelta a mí misma, nuevos y viejos sueños por soñar, re descubrir, buscar, seguir hacia adelante. También es un año de sanación interior, hay mucho que cuidar y nutrir.
Este 2015 tengo la necesidad de hibernar las palabras, ahuecarlas en la palma de mi mano, acuñarlas, valorarlas, porque cada paso, cada letra conlleva una gran carga.
Creo que después de vomitar mis paradojas necesito tiempo para sentir dentro de mi corazón, antes de largar al vacío lo que tenga para decir.
Les agradezco la buena onda, el soporte, los ánimos puestos, gracias por formar parte de mi camino como escritora.
Me voy. Y apago la luz. Para que, en la inmensidad, brille sólo lo que no podemos ver.
Feliz año! Y éxitos!
Palabras Santas
y en el principio fue el verbo..
martes, 30 de diciembre de 2014
lunes, 1 de diciembre de 2014
Limpieza interior
Para J.F.T.G. |
Desde el último post donde contaba sobre mi terapia musical, no ha cambiado mucho. Pero sí he cambiado yo, mucho, por dentro. Y eso, no es cosa de expresarlo o sacarlo afuera así nomás.
Es todo un proceso interno, muy difícil de explicar. A veces, ni yo misma puedo ponerlo en palabras. Y eso, para una escritora es, digamos, complejo.
A veces creo que es mejor callarme antes de decir tonterías. He dicho tantas tonterías en mi vida que ahora quiero ser más cuidadosa con las palabras que echo al mundo.
jueves, 6 de noviembre de 2014
Silencio interior y música como terapia
Desde que escribí mi último post, me he dado cuenta que estoy un poco alejada de mi escritura. Y no es por falta de inspiración, la verdad que eso me sobra, pero sí tiene que ver con una necesidad de anidar en el silencio interior.
Desde que me mudé con mis hijos y he comenzado esta nueva etapa de madre soltera, han sucedido muchas cosas a mi alrededor, pero más que nada el cambio está latente dentro de mí.
Como una caja de pandora, a la espera de ser abierta y brindar sus mejores tesoros, mi vida empieza desde el momento en que me di cuenta que los cambios son necesarios para dejar atrás lo que no nos sirve y no nos hace bien. Así sean situaciones, personas, pensamientos, estructuras, lugares o simplemente maneras de pensar.
Desde que me mudé con mis hijos y he comenzado esta nueva etapa de madre soltera, han sucedido muchas cosas a mi alrededor, pero más que nada el cambio está latente dentro de mí.
Como una caja de pandora, a la espera de ser abierta y brindar sus mejores tesoros, mi vida empieza desde el momento en que me di cuenta que los cambios son necesarios para dejar atrás lo que no nos sirve y no nos hace bien. Así sean situaciones, personas, pensamientos, estructuras, lugares o simplemente maneras de pensar.
martes, 21 de octubre de 2014
Darle lugar al dolor
Volví, después de más de un mes donde pasó todo un torbellino por mi vida. Por fín logré el tan ansiado deseo de mudarme, y mis hijos y yo nos fuimos a vivir a otra casa. De eso ya hace un mes.
Entre la mudanza, acomodar todo, muebles, ropa, libros (8 cajas en total), etc, también estuvimos todo ese mes sin internet ni televisión ni radio ni teléfono! Fue un gran desafío para esta mamá soltera con dos hijos.. gracias a que tengo mi amada biblioteca y un pase que me permite pedir en préstamo gran cantidad de películas en dvd, cd's y libros que lo pasamos lo mejor que pudimos.
Entre la mudanza, acomodar todo, muebles, ropa, libros (8 cajas en total), etc, también estuvimos todo ese mes sin internet ni televisión ni radio ni teléfono! Fue un gran desafío para esta mamá soltera con dos hijos.. gracias a que tengo mi amada biblioteca y un pase que me permite pedir en préstamo gran cantidad de películas en dvd, cd's y libros que lo pasamos lo mejor que pudimos.
viernes, 12 de septiembre de 2014
Por un instante
Por un instante creí que la vida era eso. Tan sólo eso. De soplar en el infinito y sorber la luz desde tus labios. Eso, como quien viste de otoño los pliegues de la luna. En un instante. Un soplo. Un momento. Que se va, se evapora. Como quien se pierde entre los días, rodando entre luciérnagas salvajes.
Por un instante, sentí que el mundo era vasto, tan vasto que apenas cabía en la palma de mi mano. Un sueño. Un mundo que se deshacía entre los dedos, arena líquida y fugaz.
Por un instante creí en el amor. Creyendo que era todo y no había nada más que se le pareciera. Fue fugaz, pensamiento nítido, transformando el momento en una fragmentación de secuencias prístinas, aisladas, vastas, tan vastas que hasta hacían daño de sólo soñarlas.
Por un instante deseé estar a tu lado. Soltar las amarras, besarte los labios.
Desperté de pronto, sola y errática, sin saber dónde estaba.
Por un instante la vida parecía otra, nueva, celeste y blanca.
Cuando supe dónde me encontraba, entendí. Lo entendí todo tan rápido y tan tenue que tus palabras, a lo lejos, se repetían como se repiten los ecos en el hueco del silencio. En las montañas.
Por un instante deseé ser otra, no ser yo quien viste los soles del mundo que se duerme. No ser yo quien desviste los otoños que se envuelven.
Por un instante aprendí a vivir y a morir, como quien sabe que la vida es eso, sólo un momento. Un instante que se evapora en los ojos, de tanto mirar y ser mirado.
Entendí, de repente, que la ilusión era de mí el más placentero agrado. Que vos, que yo, que todo lo que nos rodea, sólo existe cuando le damos vida. Lo iluminamos.
Por un instante, entendí. Lo entendí todo. Como si supiera que el mundo es lo que es porque vos y yo le dimos vida por tan sólo un instante.
Hoy sé que los momentos se apagan. Como las luciérnagas dejan de brillar cuando nadie las mira.
Hoy sé que el amor es ese momento fugaz en que la ilusión sienta al destino a jugar a las cartas.
Hoy, ese instante se fue. Y vos y yo, desaparecemos, somos barro y algas.
Fuimos presos de un instante. Mágico. Unico. Raro.
Espejismos de lo que vive y muere dentro de uno mismo.
Por un instante.
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