lunes, 21 de enero de 2013

El rellano de la vida

En algunos momentos la vida te da un par de sopapos, te da media vuelta en tu lugar y sigue adelante sin darte tiempo siquiera a darte cuenta del vendaval de emociones que dejó a su paso.

Empieza el año, no hubo terremotos ni tragedias naturales, pero en tu vida cada día se abren y se cierran un mar de posibilidades.

Es buscando a tientas que uno entiende y desmadeja su mundo. Es como tirar piedras en un lago y esperar que las ondas se multipliquen y rompan la armonía del momento.



En el rellano de la vida, como en una escalera por la cual subimos y bajamos, a veces necesitamos detenernos para contemplar lo que estamos haciendo.

Y este es un momento así en mi vida.
Han pasado muchas cosas, siguen pasando muchas otras, y a veces me doy cuenta que apenas me da tiempo para caer en la cuenta. Hacer balance es algo muy de fín de año, pero también necesario para seguir adelante en el camino.

Mucha incertidumbre crea escozor diría yo. Aunque estos momentos son de apertura, de introspección, no puedo detenerme, algo que bulle por dentro y necesito sacarlo afuera.

Sin embargo quiero detenerme, respirar profundo, mirar a mi alrededor, algo ha cambiado en el paisaje. Y no, no es la nieve que lo viste todo de prístino blanco, sino es la persona que soy la que va cambiando, mutando a cada paso.

Entre los acontecimientos se muta la raíz del problema, si no hay solución, se deja afuera. Es como un torbellino de ideas, matices, sensaciones, pensamientos.. todo al unísono, todo cambiante.
A fuerza de recorrer los caminos que se van presentando, creo que amanezco cada día con otra sonrisa y la piel más lustrosa.

En este pequeño refugio, subterfugio del amor, los pasos van dejando sus huellas en la nieve.
Voy desprendiéndome de mis últimas excusas, la ceguera es una venda que cuelga de los ojos cuando no queremos ver lo que hay delante.

El momento pide esfuerzo, pide calma, pide sosiego. Pide detenerse a juntar los pedazos del día, retazos del alma, mundo mundito propio y vivo.

Me detengo, me quito la nieve de los párpados. Allá lejos hay un mundo nuevo y viejo esperándome.

Allá voy. Seguiré hilvanando viejos sueños y mundos que quieran ser descubiertos.
A mi paso, un gran dragón que expira su eterna llama. Abrasador el mundo, en puntas de pie el alma.

4 comentarios:

liliana dijo...

Yoryi, emocionada termino de leer y descubro que este texto ES TUYO!
...Como has crecido...pero no has cambiado...sólo que ahora hablas desde la sabiduria de la experiencia,fortalecida,.enorme,angelada,plena.
TUS palabras son mágicas y calan hondo.Tenes el talento de trascender a traves de tu palabra.y eso es un DON.redescubrirt...MUY FUERTE!!

Ricardo Miñana dijo...

Hola guapa, me gustan tus textos,
un placer.
te dejo mis saludos desde Valencia.
feliz semana.

Unknown dijo...

Liliana, muchas gracias!!! me alegra mucho que hayas descubierto mi casi-nunca-por-nadie-leido-blog! Un beso :)

Unknown dijo...

Ricardo, muchas gracias!!! Me alegra mucho saber que mis palabras llegan hasta Valencia y son tan bien valoradas. Feliz fin de semana, a todo sol, aquí seguimos con nieve y hace mucho frío :)