sábado, 26 de enero de 2013

Twitter y la pócima del amor

Heme aquí, casi bordeando el fín del día, son las 23:44 hs mientras escribo este post, y después de varias horas de actualizar mi cuenta de Twitter.
Y no es que haya pensando en que la vida íba a cambiar de repente por incluir una vía más de información, pero escucho a ratos de boca de amigos y conocidos cómo Twitter les ha cambiado la vida, con noticias, curiosidades y, sobre todas las cosas, contactos nuevos y hasta ofertas de trabajo.
Así que he decidido darle una nueva oportunidad.
Aunque, tengo que admitir, que tanto va el cántaro a la fuente, termina rompiéndose.. y con ésto me refiero a que le damos tanta importancia a cómo nos ven de afuera y cómo vemos nosotros a los demás, que tanta info y tanta letra termina jugando un poco en contra.



Es verdad que cuando uno ansía descubrir los avatares de lo que sucede y parece no llegar a alcanzar, busque otras alternativas, maneras de llegar y pertenecer a ese núcleo de elegidos que parecen saber de qué están hablando.

La verdad de las verdades es que mi verdad es sólo mía, y hasta ahora eso no ha sido un problema para nadie. A la hora de 'seguir' empresas, organizaciones y personas, sí me parece responsable ser coherente con uno mismo. Y no mentir, a pesar de que sea una gran tentación 'vendernos' como personas más lindas, felices, interesantes e inteligentes de lo que en realidad somos.

En Facebook hasta ahora no me ha sucedido tanto porque si bien el 50% de mis contactos son gente que no conozco, el otro 50% son familia y amigos que saben quién soy.
Pero Twitter es otra cosa, uno escribe, dice cosas interesantes (o no), publica fotos, y todo está muy a la merced de un público que no conoce, un público 'random' podríamos llamarlo.
Interesante es que a la hora de buscar contenidos, la mayoría sólo deja entreveer su falta de originalidad. Porque tener una cuenta de Twitter es también una manera de buscar destacarse en la multitud.
Igualmente, tengo que decir que muchas de las personas que he conocido a través de Facebook luego personalmente, las más de las veces me han creído más alta de lo que soy (mido 1,53 mt, ahora ya lo saben) y más de uno ha constatado que en estos medios soy demasiado seria e intransigente.. por lo cual, cara a cara soy más simpática al parecer..

Interesante es el acceso que se tiene a un sinfín de organizaciones, empresas, redes de noticias, instituciones, gente famosa, gente común y silvestre, gente como uno, locos de atar y miles de posibilidades más.

Buscando en esta vorágine de gente y cosas, uno se encuentra con las más variadas influencias, arbitrarias muestras de egocentrismo puro, imágenes de un mundo castigado por la soledad de sus palabras. Da miedo y también da ansiedad.

Pero aun así he caído bajo el influjo. A ver si mi red de contactos se extiende lo suficiente para conseguirme un mejor trabajo (o al menos un trabajo), mantenerme actualizada sobre recursos, ideas y novedades, pero por sobre todas las cosas, conectarme con un mundo que hasta ahora parecía muy ajeno.

No creo que encuentre la fórmula de la felicidad. Pero quizás sí la pócima de amor que todos estamos desesperadamente buscando. A ser, todos queremos ser amados, que nos amen por lo que somos aun así nos describamos a nosotros mismos como nos gustaría ser.

Es que en el mundo de la social media somos todos víctimas de nosotros mismos. Nos miramos cual Alicia detrás de este inmenso espejo comunitario buscando nuestro lugar en el país de las maravillas que es esta gran red de internet.

Seremos más fieles a nosotros mismos? creo que esa es la gran pregunta.

Por mi parte, cuenta de twitter o no, mis pasos siguen hacia adelante, con un poco de aquí, otro poco de allá, pero fiel a mí misma. A riesgo de no ser comprendida, y mucho menos, amada por las hordas de ovejas que pastan mansamente las palabras escritas en 140 caracteres. La vida, esa ínfima música del azar, coartada en 140 espacios libres donde resumir un momento, un lugar, una frase memorable o la simple inercia de lo mundano.

Hay que tener cuidado con las palabras, porque son puras e irremediables. En 140 caracteres podemos ser fieles e infieles. Podemos ser más de lo que somos y creemos. Podemos ser menos, y buscar opciones, maneras, sentires.
De aquí a la eternidad hay solo un paso.

El amor, como todo aquello inesperado, se presenta bajo la insospechable forma del deseo.

Twitter o no twitter, la fórmula del mundo está en nuestras manos. Queda en nosotros saber qué hacer con ella.
Respeto, consideración, pero por sobre todas las cosas, honestidad. Es lo que a mí me suena a vida. No sé ustedes.


No hay comentarios.: