viernes, 13 de abril de 2012

Rock 'n roll en las venas



GBTTZ - 3FM Awards 12/04/12



Después de una semana casi para tirarme a los chanchos (como diría mi madre cuando uno no está en su mejor momento), ayer bajo los efectos del paracetamol con cafeína, logré disfrutar de una noche a todo rock 'n roll como hacía mucho no me pasaba.
Antes que nada tengo que explicar que estaba 'para tirar a los chanchos' porque desde el domingo estaba enferma.
Es horrible estar enfermo. La energía que uno suele tener parece desaparecer de la noche a la mañana. El cuerpo duele, cada movimiento es un sacrificio. Toser, moquear, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolor de vivir. Y eso que sin fiebre!
Unas lindas Pascuas.. ni siquiera en cama, ya que con dos hijos chicos la madre siempre tiene que estar presente. Levantarse temprano para ver que su hijo antes de ir al colegio no se olvide nada, darle un beso (a la distancia para no contagiarlo más de lo necesario) y estar ahí para escucharlo.


Al mismo tiempo, la hija que ya casi cumple 1 año, también venía resfriada, con tos, mocos, y la reacción posterior a las vacunas de los 11 meses.
Cuando el cuerpo duele, y la energía se reduce, es difícil levantarse cada mañana y realizar las tareas cotidianas.
Hay que hacerlo igual, no queda otra.

El miércoles logré salir de casa. Me mareaba por la calle y no podía decidir si tenía calor o frío, ya que a la sombra me congelaba y al sol, tenía calor.
Esto lo explico sólo para dar un pantallazo del panorama.

Entre otras cosas, venía sientiendo emociones mezcladas respecto a la amistad que me une con ciertas personas.
Es triste cuando una amistad que recién comienza termina mal.
Es triste y además es frustrante no entenderse bien con alguien al que se le tiene afecto.
Quizás la falta de energía tenga que ver con cómo uno se siente frente al momento de tener que decirle adiós a alguien que ocupaba un lugar en su vida.

A veces son inconveniencias del destino, querer más de lo que hay.
Aun así, entre el dolor y la desilusión, ayer a la noche viví una noche fantástica.

Tras un día muy activo de trabajo, entre llamadas por teléfono que nunca terminaban, decisiones que tomar, intercambio de opiniones con colegas, y a base de paracetamol logré sacar el día adelante.
Tuve poca paciencia con algunas personas, mi estado era de bastante irritabilidad, más la desazón de querer más de lo que se puede.

Por otro lado enfermarse es un cambio. Es una toma de conciencia para darse cuenta de lo que uno no tiene, salud, que normalmente poco valora.
Cuando necesitamos estar 100% y no podemos por razones orgánicas, más allá de nuestros deseos y fuerza, tenemos que bajar la cabeza y serenarnos por dentro.
Cuesta, a mí me cuesta mucho, porque soy una control freak, quiero estar pendiente de todo lo que sucede a mi alrededor, así no sea de mi incumbencia. Es un defecto propio de mi personalidad. Y quizás hasta de mi signo zodíaco, para los que creen en eso.

Pero volviendo al tema central, ayer entre el resfrío que apenas me dejaba respirar, la tristeza acumulada por la pérdida de una amistad truncada más el stress propio de los que queremos hacer más de lo que se puede, durante casi 2 horas viví una experiencia casi religiosa, por así llamarla.

Los que me conocen bien, no muchos, saben que la música lleva en mi vida desde siempre. No sólo porque he trabajado en ese mundo, también porque siempre he estado rodeada por gente integrada al mundo de la música. Sin saber tocar ningún instrumento, sólo con el poder de sentirme parte de esa misma energía.
Ayer esa energía vino a mí para sanarme de mis dolores emocionales y físicos en la forma de un concierto de rock.
Salté, bailé, grité, canté, enfervecida por el rumor de los aplausos, el ritmo de la música y el sentirme durante dos horas parte de algo superior. Los que estábamos eramos todos uno (exceptuando unos cuantos holandeses que estaban sentados sin hacer ningún movimiento, calor humano si si..)
Esta experiencia la he vivido en otras ocasiones, siempre en conciertos, ya sea en grandes estadios como en un local tan íntimo como es Paradiso Amsterdam, antiguamente fue una iglesia! El templo del rock.
Y sí, si tengo que elegir ser parte de algo, elijo ser parte del rock.
Por mis venas corre la energía de los acordes de las guitarras, la batería, el bajo, la voz. El grito animal, el swing, la electricidad que despliega la música en un eco que hace de bóveda a una canción.
Por mis venas no corre la sangre de lo latino, sino puro, simple, crudo rock'n roll.

Fantásticos estuvieron anoche los chicos de la banda holandesa Go Back To The Zoo en Paradiso en Amsterdam.
El concierto se había retrasado ya que los chicos tenían 4 nominaciones para los 3FM Awards.  Se habían presentado con gran éxito en la Westergasfabriek antes de aparecer por Paradiso llevando en sus manos dos placas. Premio a "la mejor banda de rock" y "mejor single" por el tema 'Smoking in the balcony'.

Cual groupie logré que mi marido se gastara los últimos 15 euros en una camiseta para mí, en la que todos los miembros de la banda estamparon su firma. Souvenir! Y darle la mano al cantante!!!! Yujuuuuuuuu!

We want to rock all night long! Yeahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

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