jueves, 2 de mayo de 2013

De reyes y planetas

Regreso a la palabra escrita tras un par de semanas de silencio por estos pagos. Aunque, sigo latente en mis proyectos y mis ideas se van desenvolviendo poco a poco, pétalo a pétalo.

Como no podía faltar, tras los eventos vividos en esta última semana, los nuevos reyes en Holanda, los nuevos mundos, o planetas que anduve andando y desandando.

De reyes y planetas es el título de un muy buen libro del escritor estadounidense Ethan Canin. Esta historia cuenta sobre la amistad de dos personas muy diferentes, sus conflictos de carácter y sus ambiciones. Es una historia que algún día volveré a leer.



Me pareció bastante apropiado como título para un nuevo post. Para recibir y despedir una nueva etapa de mi vida y del lugar en donde vivo, Holanda.

Pasaron cosas interesantes en las últimas semanas. Además de la intensa búsqueda de trabajo, ya que el día D se acerca cada vez más (ver el challenge de mi blog en inglés) más la asunción de la futura reina de Holanda, Máxima Zorreguieta. Comparto con Máxima no sólo la misma ciudad de origen, el simple hecho también de ser un referente argentino viviendo en Holanda me abrió cierto panorama de cara al futuro.

De diferentes radios argentinas me quisieron entrevistar, las unas por la asunción de la compatriota, las otras por curiosidad, saber más de Holanda, cómo vivo como argentina en este país tan claramente diferente en cuanto a tolerancia y forma de vida.
Fue interesante y también fue lindo, por qué no. El salir hablando en una radio de mi país de origen, al que pocas veces le he dado mayor importancia. Además de la proyección que puede dar, las potenciales posibilidades de desarrollo a futuro.

Con ésto a lo que voy es que desde que empecé esta cruzada por la vía de la social media, me he dado cuenta que más allá de conseguir un trabajo o no, lo que he logrado es un camino hacia adentro, de autoconocimiento y desarrollo personal. Y me era algo muy necesario, la verdad.

Con reyes o con planetas, no importa cómo. Si es una proyección estelar o una causalidad de la toma de decisiones que he venido teniendo desde el último tiempo, como sea, estoy aquí para quedarme.

Y entre estas visiones de futuro, también se encuentran los momentos de conocimiento puro sobre la persona que soy. Lo que puedo y lo que no puedo, lo que quiero y lo que no quiero.

Y a solo 12 días del fin de mi seguro de desempleo, me he dado cuenta que lo mágico no viene solo. Y que todo este tiempo me estaba preparando para un momento más importante. Y ese momento o esa visión llegaron para quedarse.

Desde adentro hacia afuera y desde afuera hacia adentro.
Si necesitaba que la vida me confirmara lo que siento por dentro, ya es hora de hacerme cargo de lo que soy. Soy escritora, blogger. Soy emprendedora, soy conectora, comunicadora (y como me llamó alguien en la primera entrevista radial pero de Holanda, soy comunicadora social). Y soy todo esto porque me gané mi lugar, a fuerza de seguir adelante. Y no, no tengo un diploma o un título que diga qué soy o quién soy. Este espacio que creció de a poco, desde mi propia inseguridad como escritora y como comunicadora, ha ganado su lugar. Y este lugar no me la regalan ni me lo prestan. Lo tomo, como quien toma el poder y se hace cargo de lo que hace. Dice lo que hace y hace lo que dice.
Y desde donde estoy ya no quedan vestigios de la que fui.
Porque mañana cuando no tenga dinero en el bolsillo y no vengan a tocar a mi puerta para darme lo que quiero, sólo seré yo y yo misma quién podrá salvarme de morir de inanición.
Y como escritora, y comunicadora, sólo me queda seguir haciendo lo que sé hacer.
Seguiré escribiendo, quién sabe algún día todo eso que escribí y seguiré escribiendo, no sólo sea leído, sino también reconocido.

Pero por el momento, la única que reconoce lo que puedo hacer, las capacidades y talentos, esa soy yo. Yo misma.
Y no es egocentrismo, y tampoco es orgullo por ser mejor o peor. Es aceptar lo que uno es y hacerse cargo.
Sea rey, sea reina. Sea plebeyo o sea simplemente persona en búsqueda de sí mismo.

Porque no podría estar haciendo ninguna otra cosa mejor que lo que hago con pasión. Y de aquí a la eternidad, hay un sólo paso.

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