sábado, 11 de mayo de 2013

Relaciones humanas - No tan distintos

Después del último post me he puesto a pensar en muchas cosas. Pero sobre todo me he dejado influenciar por las cosas que pasan en el día a día y el material que consumo. A ser, la última serie que ví en dvd ayer y la película que ví hoy.

Generalmente cuando escribo un post ya tengo algunas ideas dando vueltas en mi cabeza. Y casi siempre tienen que ver con cosas personales.



Recién termino de ver una peli canadiense que me hizo llorar y también reir. Debo decir que no soy de las que lloran muy seguido y tampoco suelo reirme demasiado. Digamos que tengo un humor un poquitín ácido y me conmueven las tragicomedias más que las comedias románticas dulzonas.

Starbuck trata de la vida de un repartidor de carne, un típico loser cuarentón al que nada le sale bien. En su pasado esconde un secreto que no tardará en descubrirse, a menos que haga algo al respecto. David Wozniak, nuestro entrañable protagonista, bajo el seudónimo Starbuck fue el donador de esperma estrella en una clínica, resultando en la inverosímil cifra de 533 hijos fabricados! Y ahora, 143 de ellos han pedido públicamente que se conozca su identidad.
La vida de David, tan alocada y adolescente se ve minada también por la noticia de que ha dejado a su novia policía embarazada.
Es una comedia de emociones, con momentos de mucha ternura como de reflexión acerca de las relaciones humanas, más que nada la paternidad y la responsabilidad de ser padres.
Protagonizada por Patrick Huard y dirigida por Ken Scott la película fue un absoluto éxito en su país de origen, tanto que el mismísimo Steven Spielberg está produciendo su remake para DreamsWorks.
Más allá de ser un éxito de taquilla, la película toca fibras sensibles. Como en aquella famosa película Groundhog Day (El Día de la Marmota), hay un concepto afín: el de querer mejorar la vida de los demás y al mismo tiempo, la de uno mismo. El tener que vivir un momento inesperado para darse cuenta de lo que nos toca vivir es el presente. Y que cada pequeña oportunidad que tengamos, podamos aprovecharla para darle sentido.
Lo que más me gustó de la película, además de la actuación principal, es el pensar que con tan solo un grupo de personas se pueden hacer muchos cambios para mejor. Porque los 143 hijos fabricados que desean saber quién es su padre logran reunirse y celebran juntos un fin de semana de camping, los une el querer saber la identidad de su padre biológico, pero al mismo tiempo hay algo espontáneo en todos ellos  sabiéndose hermanos biológicos.

Me dejó pensando con una sonrisa. Es una feel good movie, sí, pero no baja línea y es humana y tan real como la vida misma.


Además de esta película, ayer terminé de ver la serie de HBO Girls, la primera temporada. La verdad que como no bajo películas ni series, y apenas veo televisión, voy bastante atrasada con la programación de series y pelis relativamente nuevas. Todo el material que veo en dvd es prestado de la biblioteca.
Girls es increíblemente buena. Y más sabiendo que corre casi exclusivamente por obra y gracia de Lena Dunham, una de las 4 protagonistas veinteañeras del título de la serie, además de la creadora y productora ejecutiva.
Muchos las han definido como las Sex & the City adolescentes, pero no, hay poco del glamour y sexo como en la serie de Carrie Bradshaw. Quizás la gran similitud sea que Hannah (Lena Dunham) también es escritora, y aspira a ganarse la vida escribiendo. Basada en gran parte en la vida de la misma Lena, que al terminar sus estudios trabaja como becaria sin goce a sueldo y se lleva la gran sorpresa de parte de sus padres, que deciden de un día al otro dejar de mantenerla con el objetivo de que aprenda a dedicarse de lleno a la escritura.
Por supuesto, Hannah es compleja, tiene una pobre visión de sí misma, siempre está esperando la aprobación de los demás y sus relaciones sentimentales distan mucho de ser normales.
Marnie es su amiga y compañera de piso, una chica coqueta y estirada pero con un terrible miedo a la soledad; Jessa es la amiga inglesa de Hannah, mundana y desenfadada y finalmente está la tímida e inocente Shoshanna, prima de Jessa. La serie es realista, cuenta cómo es la vida de estas chicas veinteañeras en busca de sí mismas, en su paso de la adolescencia a la adultez.

Lo que más me gusta de la serie es que es pura, los diálogos no son forzados, hay drama, hay comedia, y cosas de todos los días. Y uno se siente identificado, en esa búsqueda de sí mismo, tan típica de esos momentos post adolescentes en los que aun no eramos ni chicos ni grandes. Y esa libertad que nos comíamos el mundo, pero al mismo tiempo nos dejábamos comer idiotamente.
Girls es auténtica, fresca y por momentos ácida. Será por eso que me gustó tanto. No veo la hora de conseguir la segunda temporada!

Por otro lado, a decir verdad, no sólo me gustan la películas y las series que hablan de la vida de la gente que no es siempre igual, prototipo de familia standard; además me gustan cuando me siento identificada con determinadas maneras, momentos, ideas e incluso personajes.
Como Hannah, además de ser una escritora que narra desde su inseguridad, con problemas de sobrepeso y una imagen distorsionada de sí misma, también me suenan conocidas muchas de las circunstancias que van viviendo las 4 amigas.
Con la salvedad que esta época que vivimos es diferente en cuanto a tabúes y tecnología.
Cuando yo tenía 20 años a mediados los 90's, muchas cosas eran diferentes, pero las relaciones humanas siempre han sido iguales. Lo que cambia son las circunstancias, los detalles.

Es interesante darse cuenta que no somos tan distintos, a pesar de todo.

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