miércoles, 26 de marzo de 2014

Bajar un cambio - conviviendo con síntomas de ansiedad y estrés

© Alicepopkorn / Flickr Creative Commons License
Estas últimas semanas, meses, han sido muy tumultuosos. Muchos devenires en mi vida, y no todos positivos.

Me descubro en estos días con síntomas de depresión, estrés y ansiedad.
No es que todo sea negativo, claro que no, hay luz al final del túnel, pero igualmente siento un gran manto de oscuridad ciñéndose sobre mí.

Tengo períodos de ausencia por el éter, por esa razón escribo poco por aquí, quité la aplicación de FB de mi teléfono (aunque hoy decidí volver a bajarla) y durante varias semanas no pude evitar encerrarme, como tantas otras veces, dentro de mi propia caparazón.



Y pasan cosas buenas, como la próxima publicación de mi primer libro, un gran logro sí! Y tantas otras cosas que parecen super positivas, pero por dentro estoy hecha añicos.

Y como siento que no tengo libertad para decir lo que realmente me pasa, para gritar a los cuatro vientos lo mal que me siento, opto por el silencio, el encierro y dejar pasar el tiempo.

En las últimas semanas es tal la desazón, tal el desconcierto, la tristeza, la soledad que siento, que apenas me ampara el día a día, con los pequeños pasos que voy dando, como antorchas encendidas a lo largo del corredor oscuro donde me deslizo.

No se trata de bajar los brazos ni dejar de luchar, claro que no, eso no podría hacerlo así nomás. Tengo dos hijos, tengo esperanzas, sé que siempre que llovió paró y me conozco al dedillo todas las expresiones de positivismo.. pero sentir es otra cosa.

Llevo días con dolor de cabeza, dolor de garganta, en el pecho un nudo, una sensación de vacío a mis pies. Una sensación de tristeza en la boca del estómago.. un cansancio continuo, cero ganas de sentarme a escribir, hablar, hacer.

A excepción de las veces que logro escabullirme de mi realidad, como las excursiones, las salidas con amigas, ir a Utrecht a seguir con mi curso de formación de docente de español, y algunas proyectos e ideas que aun conservo con amor, el tiempo se me pasa lento, muy lento. Con sabor metálico en la boca, las mandíbulas tiesas, apenas siento la necesidad de decir lo que me pasa.
Además, la sinusitus crónica que vengo acarreando desde hace dos largos años. Con pólipos en la nariz, y su necesario tratamiento de ampollas y pastillas que consumo a diario.

Con un cansancio abrumador, esperando como quien espera que la vida se apiade de ella, esperando que se termine esta etapa de sopor.. empieza la primavera, hay sol y por dentro van brotando las ganas y la esperanza..
Mientras tanto, un hueco en el medio del pecho y los ojos llenos de lágrimas que no puedo evitar dejar correr.

Se acerca el desenlace, lento, muy lento, y a veces quiero gritar hasta quedarme seca por dentro.

Hoy sólo puedo dejar correr los días con sus noches, yéndome a dormir más temprano mientras los sueños son vívidas imagenes, sensaciones de dificultad y desconcierto.

Sé que todo está dentro de mi cabeza. Sé que no hay mal que dure cien años.

Sé que, poco a poco, el cambio se está gestando. La paciencia es, en estos momentos, la única amarra. Pero cuesta, cómo cuesta seguir hilando despacio.

Necesito desesperadamente bajar un cambio. Sé que es un cambio de actitud y de rodearme de gente sana y amable.
A veces eso y dejar atrás lo que no puedo cambiar por mí misma es suficiente. Aceptar las cosas como son, aunque no sean lo que me gustaría. Esperar menos y disfrutar del momento.

En un par de semanas todo esto quedará atrás, lo sé.
Hoy siento esta necesidad de poner en limpio esto que me pasa.

Mañana serán otras cosas, y disfrutar del sol, que brilla incolume ante el desafío de cada día.

Gracias por estar y por leer.



2 comentarios:

Jacqui dijo...

Te conocí gracias a Hossein Sadjadi Ghaemmaghami Farahani-Kader Abdolah,a quien admiro por su camino d vida,sus logros y su tenacidad para luchar sin descanso y llegar a vivir en mayor libertad q en su país natal.Agradezco q m regalaron su libro El reflejo d las palabras y luego leí La casa de la Mezquita.No he encontrado más libros suyos en Español.
Me encantaría viajar a Holanda para estar con ustedes algún día.Parecés ser una incansable pensadora y trabajadora independiente,lo cual implica q tenés mucho empuje y eso es un pilar tremendo.Aunque no siempre puede contra nuestro espíritu cuando está color gris.
Creo q el espíritu tiene todos los colores, pero el mío funciona como un barómetro, según el ambiente q m rodea, más que por mi estado interno.Eso es una debilidad que padezco desde que tengo memoria. Teóricamente sé que tengo que lograr sentirme d acuerdo a lo más bello de mi esencia,pero la misma se socava con lo q recibe del afuera.Comparto tus puntos d vista y tu sensibilidad frente a la vida.Nos encontramos en un próximo comentario.
Cálidos saludos

Unknown dijo...

Gracias Jacqueline :)Es a veces, para mí, una gran sorpresa saber que llegan mis palabras desde tan dentro de mí hacia otras personas, no importan las distancias ni los lugares. Somos todos uno, y todos sentimos en diferentes momentos las mismas cosas. Gracias por seguir leyendo!