miércoles, 23 de julio de 2014

Hasta en los huesos

Máscaras para el Día de los Muertos (México)
Y sí, me pasó algo bastante inverosímil con este mundial Brasil 2014.. nunca antes me había sentido tan apasionada por mi bandera y mi patria.. o quizás sí, pero eso fue hace mucho tiempo atrás.
En los casi 11 años que llevo en Holanda ya pasaron otros mundiales y nunca antes, que yo recuerde, me había sentido tan hermanada y tan patriótica.
Me gustó seguir los partidos de las selecciones de argentina y la holandesa, me puse la camiseta naranja cuando jugaba Holanda y animé a casi todo país latinoamericano. Fue un mundial diferente, con sorpresas y mucho correveidile.



Me sorprendió mi propio fanatismo y subjetividad, pero más aun la actitud de muchas personas, sobre todo en las plataformas de social media. A veces, la pasión parecía desbordar los límites de la lógica, el buen sentido y el respeto. Igualmente, yo lo viví como una fiesta. Y fue lindo poder sentirme parte de algo que me une con mis compatriotas a nivel mundial. En FB se vivió cada partido, cada gol con un fervor! Yo misma atizaba el teclado ;)

Como inmigrante en Holanda, aun teniendo la nacionalidad holandesa, no dejé de sentirme, ahora más que nunca!, argentina hasta en los huesos.

Obviamente que, tras la victoria contra Holanda, noté que muchos holandeses empezaron a mirarme con otros ojos. Mientras, Argentina se preparaba para la gran final, y más de 100 argentinos (la verdad, desconozco la cifra exacta) nos juntamos ese día en la terraza del bar australiano Coco´s en Rembrandtplein, Amsterdam. Con mi hijo incluido y algunos amigos.
La algarabía era general. Reconocí pocas caras. Había hasta turistas de paso que se habían enterado por internet. Sabido era también que al mismo tiempo el restaurante de Santiago Eggers, La Cantina Argentina albergaba también en esos momentos a más de 70 argentinos, con sus respectivas parejas y familias. Presencia argentina en Amsterdam.

Camisetas de todos los modelos pero los colores de la bandera argentina destacaban. Cantamos y saltamos, vivimos cada momento con una pasión que sólo recordaba de tiempos inmemoriales con mis primos, algún novio o gente del trabajo. Todo el partido pusimos tanto corazón que a mí me emocionó muchísimo poder estar ahí en ese momento, compartiendo esa energía que nacía desde tan adentro.  Mi hijo saltaba con los demás, se dejó pintar la cara con la bandera argentina por una chica divina que pintaba a todos sin problema.

También abundaron los cantitos con mucho insulto, me pregunto si es buena influencia después de todo esa parte tan argentina..

Rompí todas mis cábalas. No soy realmente cabulera. Todo eso me parece que conspira contra la creatividad del momento. Además, el partido se jugaba un domingo 13 de julio. Romper los esquemas era la bandera en alza. Confiar, hacer las cosas bien. Tampoco me interesaron las especulaciones, si gana éste, sale este otro y entonces jugamos contra cual o tal.. ufff, le quita toda la emoción al campeonato. Mucha gente se lo toma demsiado en serio. Y también están los que van más allá.

Me duele que Argentina no haya salido campeón, por un momento se veía cristalino, como un sueño hecho realidad. En mi opinión estamos sujetos a los cambios que funcionan simétricamente y sincronizan o no con los acontecimientos del momento, los que el destino nos desvela, están fuera de nuestro control.
Quedé triste y al mismo tiempo estallaba el mundo en pedacitos, allá lejos en un país que no puede ser llamado país, donde viven los herederos del mal. Suena trágico. Lo es.
Entiendo pero no entiendo cómo es posible que esté ocurriendo todo ésto.

Las relaciones internacionales son frágiles. Todo lo es. La fragilidad es algo que está subestimado. Se espera que todo sea pum para arriba, fuerte, poderoso, exitoso. Hay un nirvana para todos, aun desde el camino inverosímil, confiando en lo desconocido.
Mientras todos veíamos el mundial en Gaza estaban volando misiles y volaba todo por los aires. Fuego, personas muertas. Niños, mujeres, hombres, viejos, viejas, animales.. todo. Casas. Mundo.

Ví videos en FB que no debería haber visto, se me atornillaron a la cabeza y ya no me abandonaron. Alteraron toda mi estructura y ser emocional.
Eso y todo lo demás que pasaba mientras el mundial nos chupaba la existencia, con sus trivialidades y desencantos, el mundo empezaba a temblar. Después, el trágico accidente aéreo de la Malaysian Airlines.



Hoy a las 15:55 hice una meditación de 6 minutos en silencio. Estaba frente al teclado de la computadora, buscando trabajo.
Pensé en muchas cosas, la cabeza la tenía llena de fragmentos del día, sopores y una gran necesidad de vivir de cerca todo lo que pasa en el momento. Disfrutar el momento. Con intensidad.

En Holanda, ayer el primer ministro Mark Rutte declaró que hoy miércoles 23 de julio era día nacional de luto por las víctimas del vuelo MH17.
Hoy a las 16:00 hs llegaban los primeros ataúdes desde Ucrania. A las 15:55 hs en algunas ciudades iban a tocar campanadas las iglesias. En Lelystad no escuché y nada y pude meditar esos cinco minutos más el minuto conjunto.


No importa hacia dónde se dirigen mis ojos, veo que todo se transforma. Las relaciones se transforman, los acontecimientos se transforman, la vida. A cada segundo vivimos y morimos sin darnos cuenta.


Hace menos de una semana atrás tuve un sueño muy vívido. Tan real que me desperté y fue mi primer tema de conversación toda la mañana. Estaba obsesionada porque había sido como vivir una película. Tan real y al mismo tiempo tan inverosímil.

En mi sueño estaba en una habitación vacía, las cortinas se descorrían solas y todo temblaba. Tras una ventana enorme veía pasar los misiles volando veloces a la altura de mis ojos, sobrevolaban aviones casi casi al ras del suelo y todo era ruido y desolación.
En el sueño llegaba a agarrar a mis dos hijos, apretarlos contra mí y pensar en alejar todo eso lo más fuera de nosotros. Funcionó, me desperté.

Tengo una fuerte sensación de que están pasando muchas cosas al unísono. Mi propia vida en manos del destino. La de mis hijos, mi familia, mis amigos. La gente que conozco, la gente que conocí, la que conoceré.

Está todo muy revuelto allá afuera. Ese afuera es de una fragilidad que a veces me pregunto por qué queremos seguir descreyendo de esa fuerza tan transgresora que tiene la naturaleza y el mundo.
Nosotros. Todos. Interactivos.

Desde internet hasta el momento que estamos viviendo, ahora, ya. En este preciso instante mientras escribo, dejando todo en la cancha, poniendo corazón y sabiendo que más allá del arco hay una flecha.

Abracen a los suyos, vivan el amor, la amistad, las cosas lindas de la vida y prepárense para despegar.. nos vamos de viaje hacia el más allá.

Nos encontramos pronto. Gracias por seguir leyendo!
Son vacaciones de verano en esta parte del mundo!


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