lunes, 24 de octubre de 2011

What a biutiful world!

Film Biutiful
Entre la sincronicidad de estar y no estar. La belleza ocupa un lugar primordial en nuestras vidas.
Pero qué es la belleza? Una sucesión de sutilezas que escapan al ojo cotidiano? O como decía mi bella amiga Delfina - q.e.p.d. - , "una equivocación del paisaje"?

El viernes ví por fín la película del mexicano Alejandro González Iñarritu, con Javier Bardem dándole vida al personaje de Uxbal, un explotador de inmigrantes ilegales en la Barcelona de este último siglo. Biutiful.
Qué hay de bello en esta película? Hay que buscar esa belleza más en los detalles, en lo que la vida significa en sí, porque la película es sórdida, desgarradora, triste como la vida misma.
Uxbal vive los últimos momentos de su vida, sin caer en la cuenta que esa vida se le está escapando.. sus hijos quedarán a la deriva, porque a nadie más tienen que a ese padre vividor y estricto, que los ama pero el tiempo se agota y ya no se estira lo suficientemente para cambiar de actitud.


Sin embargo, dentro de toda esa desolación, hay momentos de respiro, en la figura externa de una senegalesa luchadora que le brindará esperanzas..
Cuando todo se está por derrumbar, a veces tenemos que mirar más allá de lo que nuestros ojos alcanzan. Hay amor, dolor, esperanza y, por lo tanto, también belleza en donde menos lo esperamos.

A veces es una canción que escuchamos al descuido en un lugar atiborrado de gente que no para de hablar. Otras veces es la bondad personificada en un desconocido que nos alivia la carga del día.. hay belleza por doquier, quizás sólo sea cuestión de dejar que el mundo fluya y nosotros con él, para así aun en el peor de los casos, darnos cuenta que la vida es una eterna constante de momentos bellos que pasan desapercibidos.

La Barcelona que se muestra es la menos atractiva, plagada de turistas, entre las corridas de los ilegales y los policías.. el casco antiguo, apenas insinuado por la Plaza Real (lugar por antonomasia de la droga que viene y va) y el famoso barrio del Raval.Y luego la Barcelona profunda, la de los barrios más pobres, más adentrada en la montaña.. sin embargo, sigue habiendo una tibia belleza allí donde miremos.

La película se deja llevar por los hechos concretos, a Uxbal se le está acabando el tiempo. Su familia es un desastre, no hay escape. Aun pudiendo conversar con los fantasmas de los muertos, está claro que su tiempo está agotado. Mientras la película se acerca a su final, el nudo en la garganta nos tensa, tenemos la esperanza de que todo se desenvuelva de otra manera, pero el final está próximo y todo indica que no habrá escapatoria.

No hay más belleza que darse cuenta que cuando uno ve esta película y, en mi caso, es madre/padre, valora la relación con sus retoños de otra manera. El amor y la belleza son sinónimos de una vida que queremos darles y dejarles como herencia, y eso incluye ser bello por dentro, ser bello como amigo, padre, hermano, humano en este mundo.
No hay mucho más.

2 comentarios:

Lydia dijo...

Qué razón tienes... tan solo tenemos que abrir los ojos y el corazón para ver la belleza escondida en ciertos momentos o situaciones... A veces estamos demasiado obsesionados con la meta final, y obviamos lo que nos vamos encontrando por el camino... Me encanta tu nuevo blog! :)

Georgina dijo...

Hola Lydia, gracias por tu comentario! Me alegra saber que te gusta este nuevo blog :)