martes, 8 de mayo de 2012

Relaciones interpersonales y liderazgo

Está claro. No me voy a ir a dormir aun así sean casi la 1 am y mañana me toque levantarme temprano ya que mi hijo va al colegio.
Es que sólo por las noches  tengo el tiempo y la tranquilidad para sentarme a escribir.
Y hoy, que fue un día raro y diferente para ser lunes, me daban vueltas muchas cosas en la cabeza. Volvía de Amsterdam Oost hacia el West pensando en el día, en las relaciones personales e interpersonales. Tenía que llegar a casa, dos horas después de estar subida a ese tram (tranvía holandés), bus de por medio, tren, bici, y puf puf llegar a casita.
Los niños dormían, los suegros se fueron, y quedó todo el tiempo para mí.
Después ví algo en la tele, como para sacudir las ideas, pero las ideas y los pensamientos seguían ahí.
Y por más email y Facebook y todo lo demás que uno hace mientras se pone al día por internet, seguían latiendo las ideas, los esbozos de las sensaciones vividas en el día.



Este blog da cuenta de la persona que soy, sin maquillaje, sin máscaras. La persona que se encuentra de este lado de la computadora, la que teclea, una persona que tiene corazón, cuerpo y mente, y aunque a veces parezca que todo me resbala esa es la imagen que proyecto, no la que realmente soy.

Por eso, pensaba hoy en eso de las relaciones interpersonales. Y cómo éstas afectan a la vida de las personas, en este caso mi vida. Porque la gente que uno va conociendo por la vida, según las circunstancias, todo eso deja huella, deja marcas. Aun así uno preferiría que no, aun así uno quisiera pasar desapercibido y no dejar rastros, los deja, como quien deja sus huellas digitales en cada objeto que toca.

Y estas relaciones de las que hablo tienen que ver con mi trabajo.
Para los que no saben, soy coordinadora. Y más aun, coordinadora de voluntarios, o sea, gente que brinda parte de su tiempo y energía en pos de un fin que las más de las veces tiene que ver con darle al otro, desinteresadamente. Aunque hay un interés, hay un por qué para ese dar. Uno no da así nomás sino espera algo en retribución, ya sea propia satisfacción como el contacto personal, o simplemente sentirse útil. Darle sentido a su vida que a veces parece vacía.

Y lo más interesante de ser voluntario es que uno no recibe dinero. No es un trabajo, es trabajo voluntario. Hay una gran diferencia entre aquel que realiza trabajo voluntario y aquel que trabaja por un sueldo. Aun así sus trabajos parecieran asemejarse. Hay otra carga, y otra responsabilidad.
Pero me estoy yendo por las ramas.
Las relaciones a las que yo me refería más arriba tienen que ver con cómo uno separa (o une) sus relaciones interpersonales con la gente con la que trabaja.
Y esto viene a colación porque donde yo trabajo, trabajan sólo voluntarios. Grupos diferentes de voluntarios. Gente de diferentes edades, niveles sociales, culturales, nacionalidades, experiencias de vida, etc, etc. O sea, un grupo muy diverso. Un grupo que no es homogéneo. Y ahí entra la labor mía, coordinar ese grupo. Coordinarlo para que funcione como debería funcionar. Es una gran labor lograr que las diferentes partes de una organización funcionen independientemente y a la vez en conjunto.
Y la persona que coordina, o sea yo, tampoco es que tenga mucha experiencia en este campo.
Una cosa es tener experiencia guiando un grupo de turistas para una excursión, o dirigiendo praticantes de estudio para una convención y otra cosa es el día a día (aun así sea dos veces por semana) donde la reciprocidad es otra. Donde el lazo que se crea tiene una continuidad.
Además del deber, porque el estar en una posición de liderazgo se siente de otra manera.
A mí personalmente, a veces me cuesta mi manera ´holandesa´ de separar lo personal de lo laboral. Sobre todo en el ambiente latino, donde hay menos barreras en ese sentido y están los límites menos claros.
Entonces es ahí donde me pregunto, hasta dónde llegan las relaciones interpersonales? Hasta dónde me siento cómoda compartiendo asuntos personales con la gente con la que trabajo? Y sobre todo, con la gente a la que uno dirige o coordina?
Una relación interpersonal es aquella que uno sostiene con el medio en el que habita, ya sea en el seno de la  pareja, la familia, los amigos, el colegio, el trabajo, el club, el barrio, la comunidad, etc. Es una asociación a largo plazo entre dos o más personas. Estas asociaciones pueden basarse en emociones como el amor y el gusto artístico, negocios y actividades sociales. Se pueden dar en diferentes contextos como los mencionados más arriba (datos de Wikipedia).
A través de estas relaciones intercambiamos formas de sentir y ver la vida,  también compartimos necesidades, intereses y afectos.
Nos relacionamos:
  • Esperando reciprocidad
  • Dando y recibiendo
  • Escuchando y siendo escuchados
  • Comprendiendo y siendo comprendidos
Cómo nos relacionamos:
  • Siendo honestos
  • Aceptándonos
  • Ayudándonos
  • Reconociendo potenciales
  • Protegiendo
Todas estas son reglas básicas para una buena comunicación y una saludable relación interpersonal.

Pero cuando pienso en esto no pienso en la relación que tengo con gente que, si bien no es subalterna, si cae bajo mi jurisdicción.
Cómo se hace entonces para que la gente que te cae bien, con la que uno se identifica o se siente cómodo pero al mismo tiempo uno tiene que coordinar o dirigir, estas reglas no se mezclen con la responsabilidad que uno siente? La verdad que no lo sé.
Creo que depende también de la personalidad de cada uno. A algunos les resultará fácil, a otros no. A mí, sinceramente me pone en conflicto conmigo misma.

No hace mucho hice un curso de dirigencia de voluntarios y allí quedaba muy claro que a veces en esta posición de liderazgo, uno se topa con que el rol se confunde, o uno se confunde en el rol, de ser amigo o ser consejero/asesor.
Es normal que eso suceda cuando lo que está en juego es la relación interpersonal con gente a la que uno le toma cariño o por la que siente compasión.
Pero el líder, el que dirige, el que coordina, tiene que tener muy claro cuál es su rol prevaleciente o mejor dicho, en cuál de esos roles se siente más cómodo.
Y yo, si bien a veces extraño la compañía de otros, me siento más cómoda como líder.

Pero eso es lo que pasa también, el camino del líder es un camino solitario. Por qué? Porque cada pequeño paso que damos en pos del liderazgo nos lleva un poco más lejos del que está siendo dirigido. Cuanto más alto subimos a la cima, más soledad encontramos. Tenemos más responsabilidades. Y no toda experiencia que vivimos podemos compartirla con nuestro grupo.
Coordinar es un poco como ser padres. Estamos un poquito más arriba, y no porque seamos mejores ni sepamos más, pero sí hay una carga de responsabilidad y deber que el grupo no tiene. Y más en el caso de un grupo de voluntarios, que no trabajan para ser el empleado del mes, que no compiten por un salario o un aumento de sueldo.
Y ser padres para los que no lo son no es tan fácil de entender. No se piensa en que el que lidera piensa en el beneficio del grupo y no en el suyo individual.
No se piensa que uno está atado a las circunstancias que maneja, a otros tiempos, otros problemas. Hasta dónde puede uno ir con sus pensamientos y sus dilemas a la gente que tiene que liderar, cuando lo que se espera de uno es que tenga las respuestas, ser aquel que está listo para tomar las decisiones.
Y sí, es difícil.
Y cuesta. Cuesta estar ahí a un paso y no perderse en el bosque.

De momento este es mi trabajo. Y aquí no sólo he ganado en experiencia y contactos. También he descubierto que este es el camino que quiero seguir.
Este año comenzó con muchas vueltas e ideas, algunas se frustraron poco antes de desarrollarse, y ahora creo que para mejor. No estaban del todo maduras para llegar a su fin.
Y por otro lado, entre esa creatividad está la de seguir con este blog personalísimo y con el otro que es una herramienta de información para hispanohablantes.
Dentro de poco se termina mi contrato, y mi ambición es dejar las bases asentadas de cara al futuro, aun yo no me encuentre trabajando allí.
Y sí, el trabajo y la gente que hacen al trabajo en Casa Migrante se ganaron mi corazón.
Pero tengo claro que dentro o fuera de la organización, mi camino seguirá el curso de mis sueños y entre ellos está el de fomentar espacios para la cultura, la información y el liderar grupos en pos de resultados.
Porque soy pionera, porque soy mi propia verdad y mi propia huella.
Porque me relaciono con la gente no pensando en qué conseguiré, sino en cómo fomento lo bueno que hay en mí y lo bueno que hay en ellos.
Porque todos somos partes del mismo engranaje.
Mi misión es lograr que mi grupo se vuelva autónomo y demuestre iniciativa propia.
Independientemente de mi figura como coordinadora, el objetivo es lograr que el grupo busque sus propias soluciones. La tarea de coordinar es más de tipo aleatoria. Lograr eso es lograr que haya más cohesión social, y por lo tanto, se beneficia la organización y la gente que acude en busca de información y ayuda.
Nada mejor que eso, creo yo.

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